domingo, 3 de mayo de 2015

La prueba del pacto

El movimiento se demuestra andando. Y las palabras, con las acciones. Durante estos días, en los que ya nos acercamos al inicio de la campaña, se han puesto encima de la mesa dos pactos: el 'Pacto del Moneo', ya firmado, y el 'Pacto por la Sanidad', que se firmará este próximo 5 de mayo. En ambos casos hay dos firmas ausentes: la del PP y la de Ciudadanos.

El comportamiento de PP y Ciudadanos ya había sido discutible tras el primero de ellos. En los populares lo fue por usar la estrategia del victimismo, táctica que nunca es una buena respuesta. En la formación naranja, por su salida a última hora, por ese 'sí, pero no', 'estoy pero no estoy'. Ahora, con el pacto por la Sanidad propuesto por la Marea Blanca, sus comportamientos se han vuelto aún más incomprensibles.

El Partido Popular ha afirmado que está de acuerdo con el contenido del pacto, pero rechaza firmalo porque gran parte de dicho contenido ya lo llevaría en su programa. Con más razón habría que firmalo, se pensaría, pues uno firma, precisamente, aquello con lo que se está de acuerdo. Pero más allá de eso, sorprende que los populares no aprovechen la ocasión para reafirmarse en su lamento de los días previos. Habría sido una forma de mandar un mensaje: "Cuando cuentan con nosotros, respondemos". Pero no. Tras tanto lamento por el 'Pacto del Moneo', descalificado como "pacto anti PP", ahora son los populares los que se echan a un lado. Se quejan de que no cuentan con ellos pero cuando sí lo hacen, se apartan. 

Y luego está Ciudadanos, que tampoco firmará los dos pactos. En su caso, más que su posición, desafinan sus razones. Este mismo mediodía, en el informativo de Radio Murcia-Cadena SER, 'Hora 14', se ha podido escuchar a su candidato regional, Miguel Sánchez. En la información, se explicaba que Ciudadanos rechaza la firma de pactos preelectorales. Una posición tan respetable como confusa, hasta el punto de poder no ser creíble. ¿Y por qué no creerla? Hace muy poco, el pasado jueves, el mismo Sánchez fue entrevistado en Onda Cero por la periodista Rosa Roda. Por supuesto, fue preguntado por la actitud de su partido en el 'Pacto del Moneo'. Sánchez justificó que su partido no lo firmara porque, según él, vieron que era un pacto secreto, no abierto, que no había contado con el PP. No porque fuera un pacto preelectoral, sino porque era cerrado. Dos argumentos tan válidos como contradictorios e incoherentes. De haber estado el PP invitado, ¿Ciudadanos sí habría firmado el 'Pacto del Moneo'? ¿Y sin embargo hoy dicen que no apoyan los pactos preelectorales? 72 horas debe ser un espacio de tiempo demasiado corto como para mostrar inconsistencias. Tampoco pasa por alto que ese 'no' a pactos preelectorales deja en segundo plano la posición de Ciudadanos sobre la universalidad para los inmigrantes irregulares, asunto controvertido.

Un partido lo puede hacer mejor o peor. Un político puede ser más experimentado o más lúcido. Lo que nunca se puede perder es la coherencia. Y así, con honestidad, presentarse para que la gente que quiera le vote. Y quien no, no. Los cálculos políticos, al menos este tipo de cálculos, solo entienden de restas.

viernes, 1 de mayo de 2015

"El mayor honor de un hombre es servir"

En un año electoral la actividad es intensa. Lo es desde la precampaña. Cada día implica un acto y no hay respiro. Es lo que le ocurre al economista y candidato a la Asamblea Regional por UPyD, César Nebot (40 años, Barcelona). “Estos días son una locura”, me confiesa. En su caso, además, lo tiene que compaginar con las clases que da en el Centro Universitario de Defensa, de San Javier, centro adscrito a la Universidad Politécnica de Cartagena para los cadetes de vuelo. Pese a ello, ofrece el poco tiempo libre que le queda para reflexionar de política. Incluso, sobrepasamos el tiempo acordado. “Como soy profesor me gusta la discrepancia, los retos intelectuales”, admite.

¿Cómo ve y entiende la política?
La política es necesaria. Actualmente, la política no obedece al ideal de política al que aspiramos. La política debe ser, en esencia, un servicio a los demás. Lo que veo es que no es un servicio, es un ‘servirse’. A lo mejor soy muy idealista y todavía aspiro a esa máxima de que el mayor honor de un hombre es servir. No es una frase bonita, es una frase que llevo todos los días. Mi hartazgo llegó cuando vi que los políticos se servían de la gente.

Yo, como profesor (Nebot lleva 19 años en la docencia), tenía que dar un paso. Tengo una formación gracias a que mucha gente ha servido, gracias a un sistema público de ayudas. Si no, no hubiera podido, soy de familia muy humilde. En consecuencia de ese servicio que he recibido, me siento con la necesidad y la obligación de servir. Por eso no entiendo que la gente dedicada a la política se sirva de los demás. Una cosa son los políticos y otra la política. Si no hacemos política, esos políticos que se sirven de los demás acaban decidiéndola.

¿Había tenido inquietudes políticas antes de UPyD? 
Como profesor de Economía siempre me ha preocupado la situación política. Pero uno lo ve desde la barrera, como técnico. Evalúa las medidas económicas. Llegó un momento en que unos amigos míos, familia numerosa, perdieron su casa. Decidí que tenía que hacer algo, por esa responsabilidad que digo. UPyD fue para mí la opción más coherente. Conocí a Rubén Juan Serna, una persona muy dialogante, que buscaba argumentos y se preocupaba por la gente y por hacer un trabajo honesto. El partido era una forma de aplicar lo que sé de economía para que tuviera incidencia sobre la realidad. Pongo un ejemplo. En ninguna región se había hecho una estimación de la tasa de paro o del número de parados registrados a nivel regional. Murcia ha sido la única. Son mis previsiones. Son pequeñas contribuciones. En la medida que pueda ayudar a transformar la realidad yo me sentiré más que satisfecho porque habré obedecido a esa vocación de servicio.

¿Qué diría de UPyD en Murcia?
Los candidatos municipales son gente muy trabajadora, con un compromiso tremendo, ilusionados por un proyecto muy serio. La ilusión es muy importante. De todos los candidatos, municipal y autonómicos, solamente tres repiten respecto a las elecciones pasadas. Eso significa, y esto es importante, que no hay una endogamia política. Somos gente trabajadora, que tenemos nuestras carreras y que con la disconformidad de lo que sucede decidimos dar un paso al frente para hacer que la política esté al servicio de los demás. Además, en nuestros estatutos se establece un mínimo de 4 años de cotización y vida profesional para comenzar a ostentar un cargo político.

¿Cómo valora la actual diversidad política?
Las nuevas formaciones surgen de un diagnóstico de indignación que nosotros venimos denunciando desde hace tiempo. Celebramos la pluralidad. En la Transición, para darle estabilidad al sistema, se consolidó el bipartidismo. Pero el bipartidismo a día de hoy se muestra incapaz de afrontar los nuevos retos y se aleja cada vez más de la ciudadanía. Nosotros luchamos porque se abra el abanico. En estos somos muy constitucionalistas. La Ley Electoral debe ser modificada. Que haya más opciones es una demanda social.

Hablábamos de la relación de los políticos con la ciudadanía. En cuanto a la relación entre los políticos y los partidos, ¿hay debate o solo existe enfrentamiento?
Sí, da esa sensación. Como hay un mercado en el que cada político se tiene que diferenciar, muchos políticos piensan más en competir que en colaborar. Me gustaría más responsabilidad política de cara a cooperar por un ideal común. Algo que constato es la falta de visión de Estado. Cuando los partidos son mercantilistas, en cada lugar dicen una cosa diferente porque quieren vender su producto. Ya está.

En el reciente debate de UCOMUR miembros de los partidos, en redes sociales, se fueron manifestando casi como forofos.
Yo no digo las cosas para que me aplaudan los míos. Solo busco contribuir a que las cosas que se hagan bien. El tono del debate fue positivo, me gustó mucho. Además, me siento muy orgulloso porque ese debate responde a una demanda real de la ciudadanía y va en consonancia de lo que defiende UPyD, un pluralismo político. Me encanta debatir con la gente. Si algo nos gusta hacer en UPyD es argumentar, contraargumentar y llegar a conclusiones. Si otro político propone una idea mejor, chapeau. No es una cuestión de defender posiciones, sino de contribuir a los intereses de la gente.

Ha recordado en alguna ocasión que Rosa Díez, hace un año, era la política mejor valorada. ¿Que la percepción actual sea negativa es solo por influencia mediática o por cosas que se han hecho mal?
La autocrítica es buena. Tenemos nuestra posición ideológica, ideas, propuestas y, después, la marca, pero somos muy dialogantes. Eso nos lleva a tener en nuestro ADN la argumentación y la autocrítica. Tenemos discrepancias entre nosotros. No pasa nada, eso es bueno y debería existir en todos los partidos. La pregunta sería por qué en otros partidos no hay discrepancia. Es autoritario quitar al candidato salido en primarias, cerrar filas cuando hay una voz discrepante. Nosotros somos transparentes y cuando hay discrepancias trascienden. Y eso, que es bueno, se considera malo. Esa transmutación tiene una parte mediática.

¿Y dónde ponemos la línea que diferencia entre una discrepancia positiva y unas grietas?
Todo partido serio y consolidado debería partir de las ideas, elaborar propuestas y después tener la marca. Hay dos partidos que hacen la vieja política. Da igual las ideas, porque las deciden pocos, en las propuestas no hay que esmerarse mucho porque no las van a cumplir y después hay mucha marca.

En un partido hay unas estructuras, toda una serie de reglas que nos hemos dado. Hay grietas cuando nos saltamos esas reglas. Otra cosa es que no se venda como un grieta, sino como liderazgo. Cuando un partido va a la marca y se olvida de las ideas, de todo el trabajo de los afiliados, haciendo un cambio total, eso es una grieta.

Por ejemplo, las propuestas de Podemos son muy diferentes de las que se presentaron para las europeas que para las de ahora. Y se han saltado ahí muchos procedimientos. En el PP han hecho lo contrario de lo que propusieron. El PSOE dice una cosa aquí y otra allá, además del proceso de primarias de Murcia o Lorca. En Ciudadanos iban a ser asamblearios y las políticas ahora solo las hacen expertos. Eso es una grieta en un partido.

Nosotros tenemos discrepancias, pero bajo esas reglas que nos hemos dado. Si el liderazgo de Rosa Díez está en entredicho y se considera que las cosas se pueden hacer de otra manera, vale. En asamblea del Consejo Político, órgano democrático formado por los delegados elegidos por los afiliados, se decide. Eso es un partido serio. Si un partido se salta las reglas, la persona que pueda votarlo no debe dudar de que cuando pueda saltarse la regla de servir al votante se la va a saltar también.

Todos los partidos hablan de transparencia, participación del ciudadano o lucha contra la corrupción. Quizá algunos lo digan por convicción y otros, por necesidad. ¿Cómo valora este asunto?
Que me digan que la única Ley de Transparencia la ha hecho el PP, cuando esa ley ha prescindido del comportamiento ético de los cargos públicos… Pues es una ley muy mejorable. En el fondo, lo que se necesita no es únicamente que salgan datos de cualquier manera. La gente necesita que, en virtud de que un cargo público sabe que hay transparencia, su comportamiento quede condicionado y tenga incentivos para portarse bien. Por eso es necesario en la ley esa parte que no está.

La transparencia debe trabajarse desde un marco que incentive que el cargo público que lo hace mal tenga que pagar por ello. Por otra parte, hay que practicar la transparencia. Yo no puedo aprobar una ley de transparencia si no soy transparente dentro del partido, cuando no apoyo mociones en el Ayuntamiento de Murcia. UPyD ha pedido que la retransmisión de los plenos y no han querido. Que no me digan entonces que están por la transparencia.

El candidato municipal del PP, Ballesta, propuso plenos en la calle. También se ha hablado de dejar escaños vacíos para los ciudadanos en la Asamblea.
Es un ‘postureo’. Lo digo porque de acuerdo a la regulación que hay, no se puede hacer el pleno en la Glorieta, se tiene que hacer en su sitio. La ley así lo establece. Entonces, esa propuesta es un brindis al sol. Si quieren realmente abrir escaños en la Asamblea Regional para que cualquiera vaya, simplemente que cambien la ley electoral para el pluralismo político. Es más sensato. Si no, si abres un escaño, ¿cuántas personas podrían pasar a lo largo del año? Poquísimas. Ahí no se recogerían todas las propuestas. Sería muy limitado y habría que ver si la reglamentación lo permite. Que se practique primero el pluralismo y luego ya se verá eso. Es como pretender ir en Ferrari sin haberse sacado el carnet.

Cuando presentaron su programa hablaron de 475 propuestas.
Es nuestro contrato de mínimos. Todas esas propuestas las hemos trabajado en un buzón abierto. Además con expertos, que han opinado, y con grupos de trabajo. Así, hemos sacado esas 475 propuestas, que llevaremos a la Asamblea Regional. Creo que llevamos unas 30 reuniones con colectivos. Y constato dos cosas: que los colectivos se sienten no escuchados y que no se les toma en cuenta para el desarrollo legislativo. Con todos los colectivos hay mucha sintonía con nuestro programa porque nuestro programa viene de la ciudadanía. Me he comprometido, cuando estemos en la Asamblea, a hacer jornadas de trabajo para hacer modificaciones legislativas de acuerdo con estos colectivos.

¿Cómo se gestionan todas esas propuestas?
Dentro de cada grupo de trabajo hay un responsable. Se recogen propuestas, se adaptan, se analiza la realidad murciana, se ve cómo se puede mejorar esa realidad… Se ven las propuestas con los distintos responsables. Luego se trasladan, se homogenizan. No podemos decir cosas diferentes que, por ejemplo, en Cantabria. Cuando todo eso está trabajado, se lleva a Madrid y se analiza también allí. Todos los programas van a Madrid para que no haya fisuras. Es un trabajo tremendo, muy serio. Es un contrato de confianza con los murcianos y con todos los españoles. Una vez se homogeniza se vuelve a hacer otro trabajo sobre las propuestas y después de todo esto se devuelve a la asamblea de todos los afiliados, se hace enmiendas al documento final, se debate y al final sale el documento. Han sido unos 100 días. Se trata de un trabajo muy intenso y del cual me siento muy orgulloso.

Han confirmado que este año tienen más candidaturas para las municipales. Paralelamente, en partidos como Podemos y Ciudadanos hay descontentos que han creado otras formaciones.
El partido crece y crece en ilusión. La gente se presenta no por ganas de medrar, sino por ganas de servir. Los descontentos de UPyD, unos 40, se fueron a Ciudadanos. Y allí ahora tienen un problema muy grande. Se está quejando la gente que estaba trabajando en el partido, haciendo una labor honesta. Es una pena. A lo mejor el problema no estaba en un partido, sino en unas personas que no tenían clara la vocación de servicio. No nos gusta el transfuguismo. Aquel que decide vender sus principios y los principios de servir a la ciudadanía por su propia carrera política, cuando tenga responsabilidades no dudará en traicionar a los que tiene que servir. Si uno no está de acuerdo con el partido lo que hace es luchar para que el partido mejore. Si no lo consigue lo deja y después, si quiere, funda otro o se suma a otro proyecto. En este caso Nacho Prendes lo ha hecho bastante mal, porque estando en UPyD ha estado negociando su puesto en otras formaciones en lugar de defender los intereses de la ciudadanía.

Para la campaña anunciaron que iban a tener unos fondos limitados.
Nosotros no tenemos dinero para hacer publicidad institucional u otras cuestiones. Mediáticamente eso es importante. Tenemos un presupuesto muy bajo. Si nosotros no quisiéramos ser independientes de los bancos, nos meteríamos en un préstamo y haríamos una macrocampaña. Queremos ser independientes y eso implica que la única manera de recuperar ese dinero es con las cuotas de afiliados y la subvención que reciben los partidos en función de sus diputados en la Asamblea. Queremos ser honestos y no hacer una campaña en la que endeudarnos y luego tener que rendir pleitesía. El último indulto del PSOE en el Gobierno fue a alguien de un banco. Eso es feo. Y en Cataluña se han visto muchos favores de condonación de deuda.

Las redes sociales serían el gran recurso que tienen.
El uso de las redes sociales es indispensable. Yo gestiono mi propia red social. Pero no es más importante que la televisión, pues llega a quien tiene redes sociales y quien no las tiene. Al final, un partido existe de cara al electorado si tiene visibilidad, y si no la tiene no existe. Curiosamente, antes de las elecciones de Andalucía UPyD apenas existía. Después de las elecciones aparece. Las propuestas de UPyD no tenían visibilidad. Y eran propuestas buenas y necesarias.

Eso sí, UPyD sí ha estado presente últimamente en los medios con el asunto de la Plaza Ortega Cano o la detención de Rato. 
El tema de Ortega Cano está siendo conflictivo, pero es curioso. UPyD hizo esa propuesta hace un tiempo y en la última Comisión de Nombres y Calles de Murcia se aprobó por unanimidad por el PP, el PSOE e IU. Ahora se están cargando un poco las tintas con UPyD por parte de los taurinos. Es incomprensible porque no es un ataque al mundo de los toros, es simplemente una cuestión de ejemplaridad. Si hubiera sido un odontólogo se hubiera pedido igual. Solo es un poco de sentido común. Entiendo que las calles y las plazas deben representar esa ejemplaridad. Estamos hablando de una condena en firme por conducir ebrio y matar a una persona. Eso no es ejemplar. Recuerdo que en Palma de Mallorca los Duques de Palma tenía una avenida, y la quitaron. Nuestra explicación ha sido muy clara.

jueves, 30 de abril de 2015

Ecos de una cámara hueca

En política hay un sitio referencial. A nivel nacional se le conoce como Parlamento y a nivel regional, en el caso de Murcia, como Asamblea. Llamados también ‘cámaras’, son los lugares en donde los políticos representan a los ciudadanos, responsabilidad propia de un diputado. El concepto les debe parecer complejo y, lejos de ello, convierten su posición en un privilegio. Así lo sospeché siempre. Y así lo entendí no hace mucho, al asistir al debate sobre la Proposición de Ley de la Vivienda de la Región de Murcia.

No fue más que un ejemplo cualquiera de la distorsión que sufre la política. Alberto Garzón, joven político de IU, ha confesado alguna vez su decepción al toparse con la realidad de los debates parlamentarios. Esos espacios, que deberían ser para charlar y discutir, para escuchar y ser escuchado, confrontando ideas, solo ofrecen una escenificación de patio de colegio. Cada bando se adjudica el papel de buenos y deja el de malos al oponente.

El punto de partida vicia el desarrollo. En los discursos no hay contenido, así que no se pasa del monólogo. La actividad parlamentaria queda reducida a un acto mecánico. Si unos “no piensan en los ciudadanos” los otros son unos “demagógicos”. Es la política del enfrentamiento. Se prefiere vencer a convencer.

Lo que se votó en mi visita es lo de menos porque los políticos se encargan de que así sea. Las intervenciones no se adaptan a la cuestión tratada, sino que es esta la que se adapta a intervenciones repetitivas y prefabricadas. Se habla sin decir nada. Los papeles están repartidos y las decisiones, tomadas. Hay gente, pero no ideas. La cámara, sin contenido, queda hueca, y las voces solo son ecos.

martes, 28 de abril de 2015

Urralburu y los sufragios

El aprendizaje a través de la experiencia, de ejemplos prácticos, suele ser más productivo que el que intenta solo por la teoría. Todo se entiende mejor en acción. Por eso, este año electoral es una oportunidad magnífica para interiorizar muchos términos políticos. En las últimas horas, con permiso del 'Pacto del Moneo', la noticia ha estado en el candidato regional de Podemos, Óscar Urralburu. Lo explicaba bien Julián Mollejo, en las páginas de 'La Verdad'. En resumen, el candidato estaba en una situación atípica: cuando se cerró el censo electoral de cara al próximo 24M, el candidato todavía estaba censado en Pamplona. Eso, además de imposibilitarle votar en Murcia, donde reside desde hace 20 años, ponía en duda la presencia de Urralburu (y de otros compañeros) en las listas. Podemos contó desde el pasado viernes con 48 horas para presentar alegaciones y, como estaba previsto,  a primera hora de la tarde de ayer lunes la Junta Electoral se pronunció. Aceptó las razones del partido y Urralburu podrá seguir siendo candidato. A las cinco de la tarde, en la sede del partido, el propio protagonista dio una rueda de prensa explicando los detalles del caso. 

Más allá de la información en sí de este hecho de actualidad, entraron en escena dos conceptos sencillos pero que, quizá, no todo el mundo conoce por falta de uso en el día a día. Fue a raíz de un tuit de respuesta de Luis Alcázar, conocido periodista de Onda Regional:


El término sufragio universal suele ser el más familiar. ¿Pero qué es el sufragio pasivo y el sufragio activo? Muy fácil. Tanto que no merece la pena que hoy nos quedemos sin saberlo.

El sufragio pasivo no es más que el derecho de los ciudadanos de presentarse como candidatos. Por su parte, el sufragio activo es el derecho de una persona física de emitir un voto para elegir representantes.

En nuestro caso, Óscar Urralburu podrá ser votado en Murcia pero él no podrá votar en la Región, dándose una circunstancia muy peculiar: no podrá votar a su propia formación. El caso ya forma parte del anecdotario de estas elecciones y las dos palabrejas, de nuestro vocabulario.